Facultad de Cultura Física

El entusiasmo no es suficiente para mejorar

Mucho se habla por estos días del sueño por convertir a la FCF en la pionera para el entrenamiento de atletas de alto rendimiento, y un lugar de formación profesional de docentes acorde con los nuevos tiempos. Autoridades, tanto académicas como estudiantiles, han mostrado un gran optimismo respecto de un futuro prometedor para la única Facultad de Cultura Física de Quito.

Este hecho ha llenado de entusiasmo a todos los que integran la Facultad que se sienten parte de un proceso que apenas comenzó en junio del año pasado. Las ganas por demostrar la potencialidad que tiene la FCF sobra. Pero también hay un superávit de carencias que no se ha podido superar hasta la fecha.

A forma de inventario, la novicia Facultad tiene serios problemas en su infraestructura que no cumple con los requerimientos para un desarrollo académico adecuado. Existe una nómina escasa de docentes y personal administrativo. Se dispone de escasos recursos económicos para emprender en grandes proyectos que mejoren ostensiblemente la Facultad, entre otros problemas agobiantes.

Basta recordar las quejas que algunos estudiantes han mencionado sobre las dificultades que en el semestre anterior tuvieron para recibir clases. Esto debido a la escasa cantidad de aulas, ocho en total, que no abastece a los aproximadamente 530 alumnos que asisten a diario a esas instalaciones. Y si recordamos que el proceso de acreditación está en pleno desarrollo, este hecho sí que podría ser decisivo para determinar cómo será calificada la Facultad.

Respecto a la carencia de docentes y personal administrativo, este hecho ha tenido una influencia directa para trabajar adecuadamente el tema acreditación. Esto ha conllevado a retrasar la presentación de los informes para cumplir con la segunda fase de la acreditación cuyo plazo concluyó el 15 de junio.

Si a estos hechos le sumamos la escases de recursos económicos, piedra angular para que todo proyecto pueda ejecutarse, tenemos un coctel que no sería de mucho agrado para un buen catador de bebidas.

Y es que a pesar de que el decano Fernando Valdospinos haya señalado en reiteradas ocasiones que el Rector está comprometido en sacar adelante a la FCF, este compromiso aún no se plasma en hechos concretos. De ahí que sea plausible el  autofinanciamiento que la Facultad haya llevado a cabo, a través de la colaboración económica de profesores y estudiantes, para ampliar y dejar operativa la biblioteca de la Facultad.

Ganas es lo que sobra para mejorar, pero los recursos económicos para alcanzar los sueños de una Facultad mejor aún están lejanos. A quien se le ofrezca una barca en un gran río el entusiasmo no le será suficiente, pues habrá que proveerle de remos para poder cruzar a la otra orilla.

Artículo de opinión redactado Mikael Almeida