viernes, julio 20, 2012

Cuando tengo hambre


Artículo de opinión


Los estudiantes de Ciencias Económicas presentaron a las autoridades quejas sobre la atención que brinda la señora que vende confites en el antiguo edificio, bloque A. También solicitaron un control de precios de los productos porque son exagerados y no tienen ninguna relación con el precio de venta al público.


En cuanto al servicio, cómo no quieren que esté de mal humor, si los estudiantes compran solo un cigarrillo cuando está concentrada viendo televisión, y sobre todo la escena más dramática de su telenovela preferida. Marco Posso, decano de la Facultad mencionó que los estudiantes también se acercan a comprar de manera grosera.


 Por lo visto en la Facultad el buen carácter brilla por su ausencia. ¿Qué ocurre aquí? habrá que preguntarse, porque hay a quién le dura el mal genio unos minutos, hay otros a quienes les dura todo el día, y finalmente quienes permanecen agrios todos los días del año. Si no hay soluciones para este problema, ya no entregaremos publicidad de rayuela-noticias.blogspot, sino de Elmalhumor.blogspot.com.


Posiblemente la señora ignora que en la Facultad de Ciencias Económicas, los estudiantes saben que es bueno obtener ganancias, pero no es correcto que cobre 75 centavos por una galleta que cuesta 50 centavos.


En el edificio nuevo de la Facultad ofrecieron las autoridades instalar un bar y una cafetería, pero aun no hay nada. Por lo tanto, inconformes o no con los precios, los estudiantes deben comprar en los kioscos porque “Boca que se abre, o quiere dormir o está muerta de hambre”.

                                              
                                                                      Liliana Fernanda Quishpe Espinoza

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